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abril 16, 2016El café es una de esas bebidas imprescindibles en desayunos, media tarde o sobremesas. Hay cafeteras de cápsulas, italianas, eléctricas o expreso y decenas de tipos de café diferentes. Cada persona tiene sus gustos particulares, pero si hay algo en lo que seguramente la mayoría coincida es en el desconocimiento de un elemento de las cafeteras y es que puede ser un hábitat más que propicio para el desarrollo de bacterias patógenas.
Se trata exactamente de la bandeja en la que se recogen los restos del café en la que es habitual que gotee agua y se acumule en pequeñas cantidades. Es en los residuos de este lixiviado donde se produce la colonización y desarrollo de un amplio espectro de bacterias, algunas de ellas patógenas como es el caso de las Pseudomonas y Enterococcus.
Esta es una de las conclusiones más importantes de una investigación realizada por científicos del Instituto Cavanilles de Biodiversidad y Biología Evolutiva de la Universidad de Valencia. Los investigadores han comprobado cómo existen bacterias capaces de vivir y desarrollarse, sin mayores problemas en un medio complicado como es el de la cafeína.
Y aunque algunas puedan ser potencialmente peligrosas, hay otras que pueden resultar de utilidad. Hay bacterias que al alimentarse de la cafeína la descomponen, de modo que podrían suponer una buena alternativa al proceso tradicional de descafeinado.
Y dando un paso más allá, este tipo de bacterias pueden tener un papel significativo en lo que a descontaminación ambiental se refiere. La razón es que si hay un buen indicador de contaminación antropogénica es, precisamente, la cafeína presente en las aguas residuales a causa de los posos del café.
Una buena limpieza y desinfección es fundamental
Regresando a las máquinas de café, la posibilidad del desarrollo de bacterias patógenas obliga a extremar la limpieza de las maquinas y es que no hay que desestimar el riesgo de contaminación. Si se toca una superficie colonizada y sin haberse lavado las manos, se coge un utensilio de cocina o un alimento, la posibilidad de contaminación es real y probable.
Por ello es importante efectuar una buena higienización de las máquinas de forma periódica, porque un simple enjuagado no es suficiente para eliminar las bacterias. Es necesario lavar con agua y jabón o lejía, incidiendo especialmente en los rincones de difícil acceso, que es donde hay más posibilidades de que se acumulen restos. La alternativa, siempre que sea posible, es introducir la bandeja en el lavavajillas, ya que las altas temperaturas de agua ofrecerán una buena limpieza.
En cualquier caso, lo que es importante señalar es que aunque las bacterias puedan colonizar la bandeja de recogida del café, tanto el producto en sí como el procedimiento de elaboración no entrañan ningún riesgo para la salud. Son los residuos que se acumulan en esa parte en concreto de la máquina los que pueden ser caldo de cultivo de bacterias, un problema que se evita con algo tan sencillo como una buena limpieza.
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