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La persona promedio suele tener los conocimientos básicos de preparación de algunos platos; otros, por el contrario, poseen un repertorio más amplio en sus recetas, ya sea por necesidad o preferencia. Sin embargo, lo mínimo que todos saben es adonde dirigirse si no cuentan con los alimentos en casa o la experiencia requerida para cocinarlos. En esos lugares, saber cómo prevenir los riesgos laborales restaurant es de gran valor.
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Tradicionalmente, la profesión de chef no es considerado un oficio de riesgo. No obstante, existen factores y situaciones que pueden poner en peligro la salud, e incluso la vida, de los que elaboran los alimentos y, asimismo, de quienes los consumen.
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PELIGROS TÍPICOS EN UNA COCINA
Un día normal en la cocina de un establecimiento hostelero implica:
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Manipular materiales que van del frío extremo, el cual es necesario para conservarlos intactos durante largos períodos de tiempo, hasta la exposición al peligroso calor que transforma a los alimentos en los procesos de cocción.
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Trabajar con cuchillos u otros utensilios filosos de todas las formas y tamaños.
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Movilizar cargas pesadas sobre un suelo que puede estar manchado de agua, aceite u otros residuos derramados.
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Permanecer cerca de máquinas incapaces de distinguir la naturaleza de lo que procesan.
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La posibilidad de un incendio.
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Riesgos asociados a la contaminación de los alimentos. Estos van desde la alteración del gusto hasta peligrosas intoxicaciones o enfermedades en los comensales.
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Todo estas eventualidades se ven incrementados por el ajetreo y el estrés que un restaurante enfrenta en su jornada diaria, con multitud de personas concentradas en sus diligencias y esperando, o mejor dicho, exigiendo (con derecho) un servicio excelente. Por suerte, estar bien informado acerca de los procedimientos de seguridad pertinentes, no solo previene incidentes, sino que también aumenta la eficiencia y la rapidez para atender al público.
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ALGUNAS DIRECTRICES SENCILLAS DE SEGUIR
Evitar los accidentes es mucho más barato, en dinero, tiempo y salud, en lugar de tener que lidiar con sus consecuencias. En función de esto, es perentorio el interés, de los empleados y la cadena de mando, en conocer cómo prevenirlos y cumplir esas reglas fielmente. Unos pocos ejemplos de las mismas serían:
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Mantener los utensilios en áreas claramente designadas mientras no estén siendo usados.
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Establecer un orden de rotación de los víveres para que se procese primero lo más antiguo.
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Procurar que las zonas de trabajo se ensucien lo menos posible y dejarlas limpias al terminar la actividad realizada en ellas.
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Definir y utilizar códigos orales para transmitir rápidamente información repetitiva.
Obedecer dichas indicaciones no es complicado, muchas de las ideas tienen lógica y son fáciles de acatar una vez creado el hábito. Los expertos en seguridad alimentaria de GHA Consulting le esperan para ayudarle a hacer más fiable su negocio de hostelería.
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GHA -Gestion e higiene alimentaria S.L. Tel 93 860 31 05 ext 1.
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