CONTROL DE CALIDAD DE ALIMENTOS Y LA IMPORTANCIA DE UN PLAN DE AUTOCONTROL

El objetivo principal de la seguridad alimentaria es proteger al máximo al consumidor de los productos que consuma, debiendo estos conservar el máximo sabor y que no perjudique su salud, de ahí la necesidad de realizar un exhaustivo control de calidad de alimentos y la importancia de contar con un plan de autocontrol que cumpla con todas las garantías para evitar problemas pero… ¿Qué son y en qué consisten este tipo de exámenes?

¿QUÉ ES Y EN QUÉ CONSISTE UN CONTROL DE CALIDAD DE ALIMENTOS?

El control de calidad en los alimentos consiste en una serie de exámenes basados en la comprobación de unos parámetros para verificar una serie de características que garanticen la salubridad de un producto y la conservación de todas sus propiedades. También sabor, olor y aspecto.

Estos estándares se basan en una serie de propiedades a nivel de calidad y cuantía en los que se tienen en cuenta las siguientes características.

Por un lado, es necesario verificar que el producto cuenta con el sabor y color característico del que se trate. También es importante la textura y otros factores determinantes como el olor que desprende. Por tanto, estas comprobaciones serán diferentes, según el tipo de producto. Y es que no es lo mismo analizar carne que pan o queso por ejemplo.

Otra de las variables fundamentales a la hora de llevar a cabo el control de alimentos son los porcentajes de cada uno de ellos. En este sentido, es importante verificar el aporte de cada uno de ellos en fibra, proteína, grasas o azúcares entre otros ingredientes que puedan contener y que van a resultar determinantes a la hora de determinar su valor nutricional.

¿POR QUÉ CONTAR CON UN PLAN DE AUTOCONTROL ES FUNDAMENTAL PARA BARES, RESTAURANTES Y OTRAS EMPRESAS ALIMENTARIAS?

Como hemos visto, en este tipo de comprobaciones se lleva a cabo un riguroso análisis de las propiedades del producto por lo que contar con un plan de autocontrol resulta fundamental. Un auténtico indispensable no solo en bares y restaurantes sino en todas las empresas alimentarias que manipulen los alimentos. El plan de autocontrol juega un papel fundamental a la hora de identificar los posibles riesgos a los que quedan expuestos para minimizarlos al máximo y evitar las múltiples fuentes de contaminación de los alimentos.

De esta forma, podemos englobar en tres categorías diferentes los principales riesgos a los que están expuestos:

A nivel físico, existen riesgos de contaminación a la hora de tratar directamente con la materia prima o simplemente una mala praxis en la manipulación.

Los químicos también juegan un papel fundamental. Todos los colorantes, conservantes o antioxidantes, así como los productos que se emplean durante el cultivo como los pesticidas.

El último de los riesgos que puede alterar el control de calidad de alimentos es la presencia de microorganismos como hongos, bacterias o virus que pueden provocar graves problemas de salud pero que se puede prevenir fácilmente con un óptimo plan de autocontrol. Un ejemplo es la salmonella.

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