Nuevos registros de botulismo han captado la atención de autoridades sanitarias que han insistido en la difusión de programas que ayuden a prevenir esta intoxicación, que puede ser mortal si no se diagnostica y atiende oportunamente de manera adecuada.
El botulismo se produce por la ingesta de toxinas botulínicas que se reproducen en ambientes carentes de oxígeno, a partir de la presencia de una bacteria llamada Clostridium botulinum. Por esta razón, es imprescindible cumplir con los criterios de higiene y esterilización en la preparación y fabricación de productos alimentarios para el consumo humano.
Entre los síntomas que experimenta un paciente con botulismo se encuentran: fatiga y debilidad extremas, sequedad en la boca, visión borrosa, dificultad para tragar, etc… Incluso si no se acude rápidamente al médico, el afectado puede sufrir una parálisis del sistema respiratorio, nervioso y muscular.
Aunque el número de casos registrados de botulismo no reflejan una epidemia ni una propagación de mayor dimensión, merece la pena tener en cuenta las normas de prevención al tratarse de una enfermedad poco usual, pero que puede provocar la muerte.
Al tratarse de una toxina que crece y se desarrolla en ausencia de oxígeno, los alimentos que pueden contaminarse son los conservados, enlatados, envasados y empaquetados, que usualmente se venden listos para el consumo. No obstante, también se han conocido casos de frutas y verduras contaminadas.
Por esta razón, dentro del proceso de producción de los alimentos, las normas de seguridad alimentaria incluyen mecanismos como la pasteurización y esterilización, que a través del calor eliminan bacterias, toxinas y esporas para una correcta conservación. En otras palabras, se trata de garantizar la inocuidad en estos productos alimentarios.
En lo que respecta a los mecanismos para detectar los alimentos que pueden estar afectados con toxinas botulínicas, difícilmente en casa se puedan implementar medidas completamente eficaces. No obstante, el primer método preventivo se basa en descartar los alimentos enlatados y envasados que estén abultados o no no estén herméticamente cerrados
La idea no es generar alarma entre los consumidores, pero sí ofrecer la información necesaria para reducir el riesgo de sufrir botulismo. Las prácticas recomendadas son cocinar bien los alimentos, lavarlos con agua potable y mantenerlos a una temperatura adecuada en todo momento.
Recordemos que la salud es una responsabilidad que está en manos de todos.
Gestión e Higiene Alimentaria S.L. 93 860 31 05 info@ghalimentaria.com
Este sitio web utiliza cookies para mejorar su experiencia mientras navega por el sitio web. Fuera de estas cookies, las cookies que se clasifican como necesarias se almacenan en su navegador, ya que son esenciales para el funcionamiento de las funcionalidades básicas del sitio web. También utilizamos cookies de terceros que nos ayudan a analizar y comprender cómo utiliza este sitio web. Estas cookies se almacenarán en su navegador solo con su consentimiento. También tiene la opción de optar por no recibir estas cookies. Pero la exclusión voluntaria de algunas de estas cookies puede afectar su experiencia de navegación.
Las cookies necesarias son absolutamente esenciales para que el sitio web funcione correctamente. Esta categoría solo incluye cookies que garantizan funcionalidades básicas y características de seguridad del sitio web. Estas cookies no almacenan ninguna información personal.
Las cookies que pueden no ser particularmente necesarias para que el sitio web funcione y se utilizan específicamente para recopilar datos personales del usuario a través de análisis, anuncios y otros contenidos integrados se denominan cookies no necesarias. Es obligatorio obtener el consentimiento del usuario antes de ejecutar estas cookies en su sitio web.